Del acta del Cabildo Municipal del 20 de Abril de 1620, se entresaca lo siguiente:

Nuestro ancestral pueblo, al llegar el idus de marzo engalana sus calles, porque han de salir en esta Villa las procesiones de disciplina de Semana Santa y en ellas (las calles) hay algunos malos pasos desempedrados y se manda se aderecen los mas importantes hoyos. Días antes, por carnestolendas, el Cabildo Municipal procedía a nombrar el predicador cuaresmal, que este año de 1620 sería Fray Tomás Francisco de la orden de Santo Domingo. Acordaron se le den y paguen 58 ducados como limosna por haber predicado en esta Cuaresma en esta Villa y haber ayudado a confesar en la Iglesia de ella a los vecinos, y asimismo se libren y paguen al Fray Francisco de la orden de los Agustinos 8 ducados, por haber asistido esta Cuaresma a confesar en la Iglesia de esta Villa y con el cuidado con que lo ha hecho.

Y asimismo se libren y paguen 4 ducados al Padre Fray Marcos Navarro de la orden de los Predicadores, por haber asistido a las confesiones de los vecinos de esta Villa esta Cuaresma, lo cual se les da, atendiendo a que han sido muchas las confesiones de esta Semana Santa, por ocurrido la obligación de cumplir con la Iglesia y ganar el Santo Jubileo que su Santidad suele conceder de cien en cien años.

La Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno prepara su devota imagen en su parihuela. Este año no habrá estrenos, la epidemia de fiebre aún muestra sus estragos y la última plaga de langostas aún se cierne por la vega alcoreña. De los más recónditos baúles se han sacado las túnicas, aunque en buen estado sólo habrá cincuenta, las capuchas púrpuras ya están almidonadas, las capas moradas de cola larga junto con los cinchos esperan en la sacristía.

Los atuendos de la Verónica se han zurcido de nuevo, los sencillos candelabros de madera se han repuesto con velas traídas por los hermanos panaderos que van a la capital, los cirios se compusieron en casa del Muñidor. El Diputado puso a punto las pesadas cruces de disciplina, lo que no aparece son los cinco sayones de los judíos, que en años pasados iban en la procesión recaudando limosnas entre los fieles, este año no saldrán.

Pronto será Viernes Santo y cuando el momento va llegando los añafiles moriscos convocan a todos los hermanos.

Nuestro Padre Jesús Nazareno vendrá a Mayrena desde su ermita de San Sebastián, la vereda hacia Mayrena es corta, al entrar por la antigua puerta de Sevilla el amor se hace dardo. En la calle Iglesia el cortejo procesional avanza ascético y sobrio, sus casas son testigos, una vez más, de la desazón humana. Por la morería, sinuosa y centenaria, el azahar milenario de la huerta de Alconchel se une a la comitiva. En el Cantillo Lanero la santa mujer limpia el sangrante rostro del Nazareno.

hist3Se reemprende el camino. Los luceros tempraneros reciben a la Cofradía. El regreso se hace pausado cuando en el crisol del amanecer se delimita a la madrugada sacra, a las brisas matutinas, se cierran las viejas puertas de la ermita. También se poseen datos del 1673, mencionándose su existencia en las Reglas de fundación de la Real Hermandad de Gloria de Ntra. Sra. de los Remedios, de las cuales se entresaca lo siguiente:

«Capítulo 1º . Primeramente situamos y fundamos esta Santa Cofradía en la Iglesia y Capilla que es de la Parroquia de esta villa de Mayrena, donde está fundada la primera Capellanía que en ella se sirve y canta, y está sita en ella la Cofradía de Jesús Nazareno, donde tiene su altar, y en dicha Iglesia está el Altar de la Reina de los Ángeles María Señora Nuestra de los Remedios, y en el S.M. colocada».

 Del 1694 aparece un documento recogiendo la impresión de un viajero que nos visitó y de forma muy bella, nos ilustró minuciosamente como eran las Ermitas de la villa en aquellas fechas y nos cuenta:

» A la entrada del lugar está una ermita con tres naves, en la principal está un altar de San Sebastián, cuya imagen es de talla, tiene una lámpara de cobre; en el colateral está un altar de Jesús Nazareno, de talla, y en él está una hechura de San Juan Evangelista, es cofradía y tiene también su lámpara de cobre; en el colateral a mano izquierda está Nuestra Señora de los Remedios, con un retablo dorado y también tiene su lámpara de cobre. Tiene dicha ermita un campanario con su torre y campana. Los altares están decentes con sus aras y manteles …»

El siguiente documento es de 1715, y aunque sucinto en la reseña de las Ermitas, si aclara algunas circunstancias que vivieron las CofradÍas allí instaladas:

«Están dentro de esta villa la de San Sebastián y Santo Cristo de la Cárcel, una y otra bien reparadas y surtidas en los ornamentos necesarios; y extramuros de ella y sujeta al Prior, la de Santa Lucía mal reparada y sin ornamentos».

Pasando las páginas del memorial encontramos una descripción de todas las Cofradías de la época y en relación con la de Jesús Nazareno nos dice:

«se compone de limosnas que juntan los hermanos entradas y luminarias que pagan éstos, que importan anualmente 890 reales, que se distribuyen en la procesión de Semana Santa, con sermón de pasión, gastos de cera y otras menudencias»

En 1736 nos aparece una Hermandad con no muchos hermanos y con su ya clásico santuario hundido. La Junta de Gobierno de entonces, recurre al Cabildo Municipal en estos términos:

«La hermandad de Jesús Nazareno, cita en la ermita de San Sebastián de esta villa con la veneración que debe hacer presente a vuestras mercedes, se halla dicha ermita totalmente arruinada para que los fieles y pobres de aquel barrio puedan oír misa, ha determinado esta Hermandad juntar limosna para reedificarla, en cuya virtud recurrimos a vuestras mercedes para que se sirva ayudarnos con las limosnas que fuese necesaria, así lo esperamos y pedimos. Dios guarde a vuestras mercedes muchos años. Mayrena Septiembre 23 de 1736″.

A lo que el Cabildo Municipal contestó: «Visto por la villa de Mayrena digo, que sin embargo de lo atrasado que se halla, que para un fin tan pío se le dé del caudal de propios cien reales de limosna para dicha obra, Y así quedó acordado».

En 1752, el marco histórico de la época viene definido por una mala economía, la sequía se prolongaba en el campo hacía años, y se recibía, como agua de mayo, las limosnas de el Sr. Duque de Arcos.

En este estado de carencia se presenta un memorial al Cabildo Municipal de Mayrena de la Cofradía de Jesús Nazareno, «- en que se hace relación del estado y decadencia a que ha llegado la cofradía con la miseria de los tiempos y la falta de hermanos, y los que han quedado se hayan muy atrasados por lo que es de esperar el que se extinga la dicha cofradía.»

Cierto era que el Cabildo poseía bastantes tierras comunales, también es verdad que mucha era la necesidad del pueblo. El Consejo resuelve acceder y así destinar seis fanegas en la citada dehesa por el tiempo de tres años, «para que con lo que rindiere se sufrague en parte las necesidades que padece dicha cofradía y que consta a este cabildo».

Del 1780 se encuentra un interesante documento. Se trata de una orden recibida en 22 de junio hist4de 1780, de las certificaciones que realizaron los Hermanos Mayores, Mayordomos o Secretarios de las Hermandades de Mairena, sobre sus posibles depósitos imponibles sujetos a la Real Jurisdicción Ordinaria.

La certificación de la Hermandad de Jesús la firma D. Juan Antonio Castellón, que era también Hermano Mayor de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Entrada en Jerusalén y dice textualmente:Como Mayordomo que soy de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno sita en la Iglesia del Señor San Sebastián de esta Villa, certifica que dicha Cofradía no tiene efectos algunos de capitales por componerse esta cofradía de limosna que los hermanos de ella dan el día de su función. Mayrena del Alcor y Julio y cuatro y mil setecientos ochenta años.

Del año 1855, es el cuadro que aparece en la capillita o retablo de madera que existe en el Arco de la calle León XIII, conocido por todos los maireneros actuales como el «Arco de Julián de Galo», y que representa a un Nazareno con la cruz a cuesta y una Virgen con corona y ráfaga que se le identifica con nuestra Patrona la Stma. Virgen de los Remedios, imágenes titulares, cuya hermandades residen las dos en la Ermita de San Sebastián y durante toda la historia han estado muy vinculadas entre sí. Incluso, hubo años en que las dos imágenes hacían Estación de Penitencia en las madrugadas de Viernes Santo, como si las dos imágenes pertenecieran a una misma Cofradía.

En el reverso del cuadro aparece la siguiente inscripción «Lo pintó Francisco Campos en 1855 y se restauró en 1890. Mayrena del Alcor. Este cuadro se conoce por el nombre del Sor. y la Virgen del Arco».

Posee la Hermandad una cédula manuscrita de puño y letra, por el Mayordomo de entonces, citando a Cabildo del año 1873, cuyo texto integro dice así:

Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno> Esta corporación selebra cavildo por disposición de su mayordomo el día 14 del corriente a las 8 de la noche y le recomienda la hasistencia.
Mairena, 11 de Agosto de 1873. Mayordomo José Jiménez.

Del año 1878, es el testimonio de un viajero con relación a la Ermita de San Sebastián, manifestando lo siguiente:

» situada al final de la calle Mesones, también se encuentra al cuidado de un capiller nombrado por el Diocesano, su bóveda del altar es gótica, y ésta fue en su primitivo origen la extensión de la capilla. Posteriormente ensancharon la predicha Iglesia con dos naves, colocando en ellas dos altares, en uno de los cuales he visto una notable imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, con túnica y cruz de valía; esta efigie es de gran veneración para los naturales. La extensión dada a esta capilla la hace capaz y susceptible de poder servir algún día de ayuda de Parroquia, si por la conveniencia del vecindario y población en general y por la mejor distribución de pasto espiritual así se dispusiese en atención a lo distante que se encuentra la Parroquia de esta calle y sus afluentes limítrofes».

Desde 1890 se posee un «Libro de cuentas», que narra de manera correlativa y por orden cronológico las cuentas anuales, así como los hermanos que pertenecían a la Cofradía, aunque hay años, en que no aparecen asientos de ningún tipo. Dichos años, -curiosamente, o por circunstancias imperiosas-, coinciden con periodos de nuestra historia de España, cuyos regímenes políticos de las épocas, eran poco proclives a cuestiones de fé católica y religiosidad popular. El libro en cuestión comienza en la página 31, donde se puede leer lo siguiente:

«Villa de Mairena del Alcor. Año 1890. Libro de cuentas generales de la Hermandad de Ntro. Stmo. Padre Jesús Nazareno»

Los gastos se relacionan en reales y los conceptos de gastos más importantes son: Sermón, (en la 2ª dominica de la cuaresma). «Armaos», las tres Marías; «Pito y tambor»; Trompetas; Muñidor; Vino y aguardiente.

Por los datos del Libro de cuentas, podemos sacar algunas tradiciones de esa época, como era: salir por las calles visitando a los hermanos y devotos, conocidos como «Peidores», que eran miembros pertenecientes a la Junta de Gobierno nombrados anualmente. Salían revestidos de nazarenos-penitentes, portando cruces metálicas, para recabar limosnas, con lo que se contribuía a pagar los gastos ocasionados por los cultos, caridad y salida procesional.

hist5Las imágenes procesionaban en tres pasos individuales, la imagen de Ntro.P. Jesús Nazareno; la Virgen; y San Juan Evangelista, cada uno en su paso-trono. Había inscritos, este año de 1.890, 67 hermanos, que aparecen con sus nombres y apellidos.

La Junta de Gobierno estaba constituida por:

Mayordomos: Enrique Jiménez Peérez; José Jiménez Mellado
Diputados: Manuel Pérez Sánchez; Isaías Marín Mateos; José Moreno Peña; Manuel Gallegos Gavira
Secretarios: Leocadio Pérez Romero; Antonio Marín González

Aparecen como hermanos sobresalientes:

Apolonio Carrión Ruíz; Agustín Marín Mateos; Francisco Antúnez Morales; Francisco López Domínguez; Manuel Castro Jiménez; Antonio Marín Miranda; Francisco Miranda Sánchez; Manuel Capitas Otero; José Jiménez Seda.

En el siguiente año de 1891, aparece como gasto elevado un «impuesto de consumo de vino y aguardiente», se les paga a los muñidores, 16 reales y los Cabildos se celebran el día del Corpus; Santa Ana y el 13 de Marzo por la noche.

En el 1892, se aprecia un gasto elevado para la economía de 4.000 reales por una nueva túnica para el Señor. Se realiza una rifa en el que se sortea un becerro, adelantando el dinero del mismo el hermano Manuel Félix.

En el 1893 se tiñe la túnica del Señor y aparece un ingreso de 10 reales de la Hermandad de la Vera-Cruz por prestarle el tambor. Hay un gasto que se abona al latero.

En el 1894, aparecen como gastos más curiosos: «Al Suchantre» por las letanías en el sermón, 8 reales; por «pito y tambor» 110 reales; por 1 paquete de «esperma» 11 reales y por 2 medio de cebada para un caballo de armaos, 3 reales.

En el 1895, aparecen gastos por arreglo de túnicas y cruces de «peidores»; por viaje a Sevilla de dos días a buscar al Cura, 30 reales; y por el viaje en tren y pupilaje del Cura, 52 reales.

Los siguientes años de 1896 y 1897 sólo aparecen inscritos hermanos nuevos.

En el año 1899, aparecen sólo dos asientos de gastos y se desistió de anotar más gastos. No se levantó Acta. La Hermandad entra en una fase de decaimiento general. Parece ser que en este año fallece Enrique Jiménez Pérez que hacía de Mayordomo y Secretario.

En el siguiente año de 1900, se nombra nueva Junta de Gobierno, que impulsa un poco a la decaída Hermandad. Entran como:

Mayordomo 1º: Apolonio Carrión Ruiz
Mayordomo 2º: José Jiménez Seda

Una devota llamada M. Antonia Reyes paga 40 reales a 4 hombres por llevar el paso del Señor. Aparece un gasto de 3 reales por el consumo de vino el día que se «esnuaron los Santos» en la ermita de San Sebastián.

En el 1901, sigue su marcha ascendente la Hermandad. Se adquiere un manto para la Virgen y hay hist6una del Viso que colabora con 4 reales.

En el 1902, salen los tres pasos; la Verónica y «los peidores». En el siguiente año de 1903, hay un gasto de 15 reales por la compra de 5 paquetes de esperma, así como gastos por ir a Sevilla a buscar al Cura y por los sermones, pupilaje y tren. En la nómina de hermanos aparecen inscritos 38 hermanos que han asistido a los cultos y salida y dan como limosna 22 reales cada uno. Aparece un curioso gasto de 183 reales por una @ y media de Damajuana de aguardiente.

Los años 1904 y 1905, no hay constancia de nada en el libro.

En el año 1906, aparecen gastos, como 28 reales por cuatro libras de dulce y de bizcocho para el Sr. Cura y la Verónica y al que ha tocado el tambor lo obsequian con 40 reales. En este año, aparece una mujer como hermana, llamada Antonia Jiménez Reyes. No aparece nada en el siguiente año de 1907.

En el año de 1908, vuelve a entrar una nueva Junta de Gobierno, dándosele nuevamente un impulso a la Hermandad. Entran entre otros:

Mayordomo 1º: José Jiménez Seda
Mayordomo 2º: Antonio Seda Martínez
Secretario: Apolonio Carrión Ruíz

En la nómina de inscritos aparecen 55 hermanos. Vuelve a decaer la Hermandad en los años 1909 y 1910, pues no consta nada en el libro. En el siguiente año 1911, no aparece relación de gastos sino sólo una relación nominal de hermanos inscritos, llegando la cifra a 47 hermanos que colaboraron con 23 reales cada uno. Resurgen hermanos nuevos y aparece como hermana Dolores Alba Barragán.

En el 1912 no consta nada en el libro. En el siguiente de 1913, aparecen gastos: por arreglar la cruz del calvario, 25 reales; «pito y tambor», 140 reales. Al Cura por los sermones, 400 reales y a la Verónica, 20 reales.

En el año 1914, aparecen 48 hermanos que colaboran con 25 reales. Hay cabildo el día de Santiago. Salen los «peidores» y recogen de limosna entre el vecindario 700 reales.

En el 1915, se estrenan túnicas nuevas (como los actuales), se arregla la ropa de los «armaos». Hay unos gastos por los sermones del Cura de 400 reales; por nuevo arreglo de la cruz del calvario, 10 reales y 20 reales por la luz eléctrica en la Iglesia, durante el Sermón de madrugada, apareciendo en este año un déficit de 300 reales.

 En los siguientes años de 1916 hasta 1922, no hay constancia inscrita en el libro. Hay un decaimiento prolongado de la Hermandad.

El 1923 es un destacado y glorioso año, con un resurgimiento general de la Hermandad y con la inscripción de nuevos hermanos. Había un fondo grande acumulado de los anteriores años, 1.823 reales. Se realiza una gran inversión en ornamentos, enseres, etc., lo que ocasiona un gran gasto de más de 4.728 reales. Se adquieren nuevas trompetas, flecos, motas, paños, pana, bandera, nueva ropa de «armaos» etc. Se distribuye entre los hermanos y devotos lotería en varias jugadas, pero sobre todo en Navidad.

 Salen los «peidores» por las calles, que ese año recae tan digna misión en los hermanos:

Antonio Domínguez Benítez y Antonio Navarro Domínguez. Colaboran con 160 reales, 34 hermanos y otros con 20 reales.

Aparecen como hermanos nuevos:

Julián Hernández Jiménez; Isidoro Capitas Rodríguez; Antonio Capitas Rodríguez; Urbano Domínguez Prenda; Ricardo Trigueros Crespo, entre otros.

En el siguiente año de 1924 colaboran 34 hermanos con 68 reales. Aparecen gastos por la construcción de una nueva cruz del calvario, que entre materiales y jornales cuesta 262 reales; por una palma para San Juan 44 reales; 2 varas de «ojo de perdiz», 6 reales; luz eléctrica en la Iglesia la noche del Jueves Santo en el sermón de las 3 horas, 27 reales. Se continúa con las jugadas de lotería.

En 1925, se comienza con un fondo de 1.331 reales. Hay 39 hermanos, que asisten a los cultos y salida, colaborando con 60 reales de limosna. Este año se inscriben de derecho José Marín Jiménez y el joven Leopoldo de los Santos Vázquez.

Aparecen gastos por un nuevo vestido para la mujer Verónica, la hechura 208 reales; por los dos días del que estuvo «echando las bebidas» 40 reales; por el gasto de la luz eléctrica en la Iglesia la noche del Jueves Santo 26 reales.

En el siguiente año de 1926, hay una nómina de 39 hermanos. Este año se inscribe entre otros, José Trigueros Marín. Aparecen como gastos a la Verónica, 20 reales; al Cura por los sermones, 440 reales; un plumero para limpiar el dorado del paso, 9 reales; cornetas el Viernes Santo 400 reales y se da de limosna para la capilla del Sagrario, 200 reales.

En 1927, aparecen gastos como: por 2.000 papeletas a la imprenta y para citar a Cabildo, 40 reales; al Cura por los sermones, 440 reales; «pito y tambor», 160 reales; por la banda de cornetas, 400 reales. Este año se inscriben como hermanos José Carrión Jiménez y Timoteo Vallejo Rodríguez. Se estrena un nuevo estandarte.

hist7En el 1928, aparece una nómina de 34 hermanos que colaboran con una limosna de 80 reales. Hay como gastos curiosos; por arreglar las «caras» para el paño de la Verónica, 40 reales; al Cura por los sermones, 440 reales; por derechos parroquiales, 160 reales por la luz eléctrica la noche del Jueves Santo en la Iglesia, 20 reales.

En el siguiente año de 1929, hay una nómina de 32 hermanos que colaboran con 80 reales. Aparecen como gastos curiosos: por llevar el paso de Jesús, la Virgen y San Juan (244, 160 y 80 reales); por «pito y tambor» 160 reales y por una funda nueva para la cruz del Señor, 180 reales.

El año 1930 es un año de auge y prosperidad para la Hermandad. Aparecen como inscritos 43 hermanos que dieron como limosna 90 reales cada uno. Firma como Secretario de la Hermandad Antonio Antúnez Expósito.

Hay cuantiosos gastos como: Al Cura por los sermones, 440 reales, a la Verónica, 20 reales; por 16 m de pana para los «capiruchos» 236 reales; 10 cordones para los nazarenos, 180 reales; por la banda de cornetas, 400 reales; a la Verónica, 20 reales; 2 piezas de raso para las capas de los nazarenos, 343 reales; 8 varas de tela blanca para la ropa de los del incensario, 40 reales. Hay además otros gastos en: derechos parroquiales; por llevar los tres pasos; pito y tambor; incienso para la Cofradía; bizcochos y dulces para el Cura y la Verónica, entre otros.

Este año, se acuerda redactar un Reglamento o normas para el buen funcionamiento de la Cofradía, que se inicia así:

Reglamento por el cual que se an de regir para su administración los hermanos que forman la corporación de la hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora de los Remedios «En la villa de Mairena del Alcor, en la noche del día veinte de Abril del año mil novecientos treinta, y en la casa de su digno Mayordomo, D.Apolonio Carrión Ruíz, en calle Cánovas del Castillo número 67 en cabildo…»

Del año 1931 al 1938 no hay nada de constancia en el libro.

Los años comprendidos entre el 1931 y 1936 son años difíciles para la Cofradía por motivos políticos que atravesaba nuestra patria, con unos regímenes políticos y sociales poco avezados en cuestiones religiosas, llegando algunos años de éstos a no poder salir la Cofradía a la calle para hacer su Estación penitencial, por las amenazas y extorsiones de las hordas republicanas.

No obstante, muchos de estos años, fue la única Cofradía que hizo su estación penitencial y demás cultos, revelándose en sus pundorosos y heroicos cofrades condiciones y decisiones irreprochables.

Por motivo de la quema, de las Sagradas Imágenes y demás enseres, en la fecha del 19 al 20 de julio de 1936, y nada más que iniciado el Movimiento Nacional y la consecuente contienda civil, aconteció que en los últimos meses del año 1936, la Hermandad, después de varias conversaciones, reuniones y gestiones, en la que actuó el párroco, D. Rafael Fernández Reyes, consiguiéndose del Arcipreste del partido judicial Rvdo. D. José Cascales Molina, el resultado de recabar una imagen de talla de un Nazareno perteneciente al ruinoso y desaparecido Convento del Carmen de Carmona, y recogido en un lamentable estado de deterioro y destrozo en la Iglesia de San Francisco de la citada ciudad.

La escultural imagen fue ensamblada, reparada y restaurada en su totalidad en nuestra villa por, el que después sería notable imaginero, Sebastián Santos y por los carpinteros artesanos locales: D. Manuel Jiménez; D. Telesforo Méndez y D. Manuel Crespo, satisfaciendo la Hermandad 250 pts por el mencionado trabajo de restauración.

La imagen fue bendecida y trasladada el día 10 de enero de 1937 desde la Parroquia hasta la Ermita de San Sebastián en devota y procesión, con gran asistencia de cofrades, devotos y personas vinculadas a otras Hermandades locales de aquella época.

Fue expuesto en devoto besapiés y después instalado en el antiguo altar de la Hermandad, que a la sazón había sido reparado y remozado, contribuyendo la Hermandad con 35 pts en derechos parroquiales por la bendición y traslado y aportando los hermanos en concepto de limosna la cantidad de 31 pts cada uno, y colaborando ciertas personas y demás hermandades, por ser la primera imagen bendecida después de la quema.

La Hermandad de Jesús fue la única que tuvo culto en el año 1.937, pues se celebra Novena y Estación de Penitencia, a la cual asisten las Autoridades. Hay ese año de gastos por llevar los pasos, derechos parroquiales, por llevar «Pirri» el estandarte el día de la Ascensión, de cera para la Novena, de una conferencia telefónica.

Se restaura la Virgen de los Remedios pagándose por la reparación 145 pts imagen que procesionaba con N.P. Jesús Nazareno, el Viernes Santo.

Hay Cabildo el día 1 de Marzo de 1938, ajustándose las cuentas y apareciendo un déficit de 146 pts que se le deben al hermano Julián Hernández Jiménez, que desde el año 1936 se había hecho cargo de las cuentas de la Hermandad.

En el 1938, una vez ajustadas las cuentas en el Cabildo celebrado el día 1 de marzo, cuenta la Hermandad con un déficit de 146 pts, que con los costes efectuados en ese año, aparece un gasto de 694’75 pts, apareciendo, gastos, de bebida, de cera, derechos parroquiales, luz eléctrica en la Hermandad y en la Iglesia.

El año 1939, hay cabildo el 6 de febrero, en el que interviene como Secretario Antonio Antúnez Expósito. Hay de gastos 2.308 pts y entre otros aparecen bebida, aceitunas, pan y puntillas, por llevar los pasos, de cera, derechos parroquiales, de sermón y fonda, por arreglo de la puerta de la Ermita «a medias» con la Hermandad de los Remedios, de viajes para el paso y recogerlo, de palio y varales.

Aparecen inscritos 52 hermanos que colaboran con 25 pts unos, y otros con 12’50 pts (niños y los que no asistieron). Hay una suscripción voluntaria para el «paso» y se juega a la lotería. Se hace mención a la distribución de túnicas de nazarenos de la Hermandad entre los hermanos penitentes.

En el 1940 se celebran cabildos los días 9 de enero y 6 de febrero, firmando las Actas el Secretario Antonio Antúnez. En el primero de ellos, el Mayordomo Apolonio Carrión Ruiz entrega totalmente la gestión de la Hermandad a Julián Hernández Jiménez en presencia, entre otros, de Antonio Antúnez, José Galocha Domínguez y José Marín Jiménez.

En el segundo cabildo celebrado, se ajustaron las cuentas, apareciendo la Hermandad con un fondo de 198’05 ptas. Hubo gastos para el «paso» 1.750 pts; de bebida, 75 pts; por la compra de una bicicleta para rifarla, 385 ptas.; por restaurar la Virgen que vino de Carmona, 500 ptas. y por traerla en el coche, 65 ptas. Se contaba ese año con 73 hermanos que colaboraron con 30 ptas, y con 15 ptas. los menores de 15 años.

Una vez la Virgen de la Amargura restaurada, se puso en besamanos el día 23 de junio,hist8 recogiéndose de limosna la ridícula cantidad de 25 ptas.

En el 1941, fue Viernes Santo el 10 de abril y los hermanos colaboran con la misma cuota del año anterior. Debido al déficit que se padecía se rifa una máquina de coser «singer» que costó, 700 ptas. Aparecen de gastos, entre otros, por traer la máquina, 10 ptas.; por un funeral celebrado por un hermano apellidado Guillén, 20 ptas.; por un bote de tinta china, 2’50 ptas.; por hierro para el aparato de cola del paso Virgen, 120 ptas.; por la Novena, Función Principal y Sacristán, 113 ptas.; de cera, 88 ptas.; por llevar los pasos, 445 ptas. ; de arriendo de corona y manto, 150 ptas.; por unos faldones para el palio, 305 ptas. por arreglar el paso Manuel Pérez, 365 ptas. ; por los sermones, 150 ptas.; de bebida y aceitunas, 535’50 ptas.; Derechos parroquiales, 88 ptas. y de luz eléctrica en la Iglesia, 4’50 ptas., por lo que se elevaron los gastos a la cifra de 5.731′ 40 ptas.

Fue el primer año que procesionó la imagen de la Virgen de la Amargura, por las calles de la Villa.

El día 4 de octubre se ajustan las cuentas, apareciendo la Hermandad con un déficit de 2.756′ 25 ptas.

Los siguientes años, aparecen los gastos e ingresos en el libro de cuenta del Mayordomo Julián Hernández, aunque no aparece claro la lista de hermanos y orden de antigüedad.